Milagro en tierra haitiana.

El Departamento de Artibonite, una provincia del noroeste del país víctima de severos eventos climatológicos durante los últimos años, disfruta desde el pasado 8 de agosto de los servicios oftalmológicos de la Operación Milagro. Dos días después, pero en una instalación mucho más amplia y confortable, empezaron a ofrecerse similares atenciones en el centro La Renaissance, de Puerto Príncipe, la capital de esta nación caribeña. En ambos casos, los especialistas cubanos corren a cargo de toda la labor asistencial totalmente gratuita.
Pese a los altibajos de cualquier empeño en sus inicios, hasta el 24 de agosto fueron intervenidos quirúrgicamente 160 personas, la mayoría de ellas aquejada de pterigium (enfermedad que daña la conjuntiva y la córnea).
Antes de la apertura de estas dos instalaciones, dotadas de excelente equipamiento aportado por Cuba, 659 haitianos habían sido operados de la vista en nuestro país. Entre septiembre del 2005 y julio de este año, hubo por lo menos un vuelo semanal entre las dos islas para trasladar a pacientes y acompañantes, según confirma aquí la jefatura de la colaboración médica.
De ahora en lo adelante ya no será necesario tomar un avión hasta la Mayor de las Antillas para recibir tratamiento oftalmológico gratuito y de alta calidad, con técnicas quirúrgicas novedosas, no practicadas nunca antes aquí. Aumentan por días las personas enteradas de la buena nueva. En los hospitales de La Providence y La Renaissance la gente hace largas colas para ser atendida por nuestros compatriotas.
Entre los necesitados hay personas de todas las edades, desde niños pequeños hasta ancianos. Muchos llegan de manera espontánea; otros, remitidos por los médicos cubanos, que ya laboran en 100 de las 138 comunas (municipios) de esta nación (de aproximadamente ocho millones de habitantes), con el propósito de extender su labor asistencial a todo el territorio haitiano en el más breve plazo posible.
Tanta es la afluencia de pacientes, que en el hospital de La Providence, el técnico en refracción Jorge Luis García, del municipio habanero del Cerro, no tiene minuto de descanso. Medir la visión a decenas de personas en una sola jornada resulta agotador, mas cuando todavía sus conocimientos de creole no le ayudan a laborar con la diligencia que desea.
La Operación Milagro, desarrollada en varios países del Caribe y América Latina, gracias al esfuerzo conjunto de los gobiernos de Cuba y de la República Bolivariana de Venezuela, gana aquí defensores. Jean Wilfrid, empleado de servicios, es una de esas personas agradecidas. Fue operado de catarata y confía en que una próxima intervención quirúrgica le restablezca totalmente la visión en sus dos ojos.
NO HAY IMPOSIBLES
Todavía los colaboradores limpiaban los alrededores de la edificación que acababan de remodelar dentro del hospital de La Providence, en la ciudad de Gonaïves, cuando el doctor holguinero Carlos Esteban Díaz entraba al salón de operaciones. Empezaban dentro de esta nación caribeña las intervenciones quirúrgicas de la Operación Milagro.
Era un buen inicio para honrar las jornadas intensas de trabajo previo, cuando ponían a punto la remodelación constructiva del local y ayudaban al ingeniero Teudis Román Cuevas, en las faenas no especializadas del montaje tecnológico. Graduado en Telecomunicaciones y Electrónica, y entrenado tanto en el exterior como en Cuba en la especialidad de Optoelectrónica y láser, el joven profesional santiaguero también asumió la instalación de los equipos en el centro oftalmológico de Puerto Príncipe.
LA RENAISSANCE POR DENTRO
Podría decirse que nada debe envidiarle esta nueva institución de salud al prestigioso Instituto de Oftalmología Pando Ferrer, de La Habana, ubicada cerca de la iglesia catedral de Puerto Príncipe; sus locales han sido renovados constructivamente, reinan la limpieza y el orden, los equipamientos son similares, y el grupo de profesionales cubanos que aquí labora se distingue por su experiencia y rigor profesional.
Edy Edme, administrador del centro por la parte haitiana, asegura que debido a la presencia de los cubanos, la institución se ha convertido ya en "un gran hospital". Todos, concluye, estamos muy satisfechos, porque "es algo muy bueno para el pueblo haitiano".

Tonmado de Granma
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